Sin dudas, nadie puede sustraerse hoy a la muerte de Lanata, un showman, una marca en si mismo, un producto y un exitoso actor del cuarto poder.
No existe la participación política ni la democracia sin información de calidad. Un mundo desinformado por la hiperinformacion. Los medios explotaron toda su capacidad de manipulación durante más de veinte años, hasta la aparición del nuevo fenómeno de las redes y los algoritmos. Lanata fue la estrella de ese período, continuando a Neustad y Grondona.
Pero con la particularidad de que supo estar de ambos lados de la grieta. Palabra, concepto que el mismo introdujo para cristalizar la estigmatizante dicotomía y polarización que el mismo trabajo para construir.
Desde sus inicios en página 12, se encargó de explotar la polarización, creando una imagen profundamente demonizada del monopolio de comunicación "Clarín" , exponiendo su inmensa red de subsidiarias y sus nefastos métodos de incidencia.
De alguna manera, posicionó a página 12 como el paladín de la defensa de los desposeídos. El mismo lo dijo abiertamente, estar siempre del lado del más débil.
Fue desde ahí que se embandero en una lucha sin cuartel estigmatizando a una creciente CFK , en una zolapada alianza con el primer engendro de la entonces diputada Carrió. Sin dudas colaboro con el posicionamiento de un ARI de leve tendencia progresista.
Desde sus usinas se fue creando la nefasta metodología de subsumir toda idea popular al mote estigmatizante de KIRCHNERISMO.
No sé si la desilucion de un ARI que se fragmentaba y desaparecía por el portaso de la propia Lila.. o por la perdida económica que significaba haber perdido las elecciones presidenciales. Lo cierto es que el hombre más influyente del periodismo argentino, se entregó al demonio que el mismo había expuesto, desnudado, denunciado...
Su imagen creció, al igual que su fortuna personal.
Ganó todos los premios de la prensa a la que había denunciado por cipaya.
Pero el mismo monstruo que había creado, Lanata personaje, marca... Se devoró al Lanata periodista.
En primer lugar la creación de noticias falsas para torcer la voluntad del electorado bonaerense, la creciente demonización de su enemigo personal, el kirchnerismo con cómicos shows que involucraban a un poder judicial indignamente sometido a las presiones de su poder mediático, buscando dinero con topadoras o rompiendo departamentos frente a las cámaras, fue un viaje de ida.
Solo los aplausos de sus mediocres colegas asalariados del demonio " Clarín", pudieron sostener la fama de un operador político muy inteligente, pero poco honesto.
De esta manera Lanata, no solo se erigía en creador de la " grelieta" y su conceptualización , sino que era capaz de pasarse de una orilla a la otra de la misma, continuando la metodología de " construir la realidad" a partir de la mera descripción de la misma.
Pero la acumulación de fama y el poder de fuego de su palabra, lo llevaron, ni más ni menos que a deificarse...
Fue cuando se atrevió a juzgar a las personas.
Cuando uno no acepta otro Dios más que su propio ego, termina poniéndose en el lugar de dios.... Eso se evidenció, cuando se atrevió a juzgar al propio Maradona, un chico de villa Fiorito que fue sinónimo de "Argentina" en todo el mundo, representándonos tanto en sus virtudes como en sus errores.
Tanto es así que el propio Lanata termino cayendo en las adicciones y varios de los problemas que señalaba del Diego.
Lo mismo sucedió con el juicio personal y estigmatizador que convirtiera en columna inolvidable de su programa, respecto de la Señora Cristina Fernández.
Para un periodista, es lícito hacer todo tipo de análisis y conjeturas respecto de las políticas y acciones de figuras publicas y expuestas a la opinión pública. Pero meterse en el análisis de la persona, su salud mental. La salud de su familia, denota un de dos situaciones.
La falta de inteligencia de quien emite el juicio, ( impensable en un hombre de la capacidad de Lanata) o un odio visceral fruto de la envidia o la impotencia.
Con estas acciones termino la transformación de un periodista insigne en una caricatura de alguien enfermo, solo y olvidable.
Sus últimos días expusieron la intimidad de una familia, disputándose sus ocultas riquezas, no declaradas, que ni siquiera eran útiles para decorar su hábitat, denotando una ansiedad por amarrocar y acumular bienes que hoy, no se puede llevar a ningún lado.
La triste historia de quien fuera un prometedor periodista y ejemplo para sus pares, nos grita a la cara, que la inteligencia, no es precisamente un sinónimo de grandeza.
Hojalá Dios en quien Jorge no creía, reciba en sus brazos a este hombre que nos interpela con su intensidad... Que logro crear y destruir, que nunca fue tibio...
Un Maradona de la información??
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